DNN se reunió con el actor danés Troels Lyby, a horas de haber llegado a Buenos Aires para participar del primer Festival de Cine Nórdico (al pie la programación completa).
El encuentro tuvo lugar en la Embajada de Dinamarca, y fue organizado por Katrina Winther, de la sección cultural. La reunión también contó con la presencia de la actriz Cecilie Stenspil, pareja del actor y quien lo acompaña en esta visita a Argentina.
Además de actor, ¡Ud es músico y cantante!
“Sí, sí… en mi juventud tocaba en una banda de rock & roll…”
Pero hay grabaciones suyas en iTunes y en Spotify.
“Sí, puedes encontrar algunas cosas, porque he hecho algunos shows y obras teatrales musicales, incluso luego de haber comenzado mi carrera como actor. De modo que, por ejemplo en Spotify, probablemente puedes encontrar algo si pones mi nombre, aunque está en danés. Y seguramente también haya algo de música navideña, porque he participado en algunas series de TV sobre navidad, en las que hay música. Probablemente puedes encontrar algo.”
¿Cómo cantante y también tocando algún instrumento?
“Solía tocar el bajo eléctrico, hace unos años atrás, pero lo he dejado. Cuando fui aceptado en la escuela de actuación, pensé que era conveniente tomar una decisión clara acerca de lo que iba a hacer… si quería ser un músico o un actor.”
¿Fue entonces cuando ingresó en la Escuela para Actores del Teatro de Odense?
“Así fue. Fueron cuatro años, y luego me mudé a Copenhague, porque Copenhague es el lugar en el que debes estar en Dinamarca si eres un actor. Hay muchas opciones allí en producciones para TV, cine y teatro. Por supuesto que en ese momento justo comenzaba el movimiento fílmico de vanguardia conocido como Dogma…”
Lars von Trier…
“Exactamente. De modo que ese era un buen lugar para estar en los años 90, y me mude allí inmediatamente.”
A propósito, una de sus primeras participaciones fue en una película dirigida por Lars von Trier…
“Sí, en ‘Los idiotas’, en 1998. Eso fue emocionante… fue muy emocionante ser parte de ese proyecto. Él había aparecido con esta idea del Dogma, junto con Thomas Vinterberg, e hicieron estas cuatro películas Dogma, de las que ‘La celebración’ fue la Dogma #1, y ‘Los idiotas’ fue la Dogma #2. El hecho es que ellos ya habían elegido al elenco para ‘Los idiotas’, pero algunos tuvieron que apartarse, y fue entonces cuando fui convocado por Lars.”
“Él era el gran director… y yo no había tenido oportunidad de conocerlo antes. Fui a su casa, para una reunión. Él me pregunto si quería ser parte de aquel proyecto… y yo le contesté que por supuesto, que sí… que estaba dispuesto y listo para actuar. Entonces Lars me dijo: “muy bien, ve afuera, a mi jardín, y haz un papel de espástico para mi. Tan sólo camina un poco alrededor. Quiero saber si puedes actuar como un espástico”. De modo que mi primer reunión con él…”
¡Fue una audición!
“Sí, fue una suerte de audición. Y yo estaba en su jardín. Pienso que debí haber hecho algo bueno, porque él se rió mucho… pero al mismo tiempo fue algo extraño.”
Esa película ha tenido muy buenas críticas.
“Sí. Sabes, a decir verdad el guión era convencional. Tenía su introducción, su desarrollo y su final. Se podía leer muy fácilmente. Pero lo distinto fue la manera en la que él filmó la película. Por ejemplo, no le importaba si nos cambiábamos la ropa entre las tomas. Detalles que habitualmente se toman en cuenta entre tomas… como la ropa, los peinados, etc, en este caso al director no le importaban. Pienso que la idea era que la cámara no debia tener la típica injerencia principal, que afectara el proceso creativo, sino que simplemente debía estar presente en el lugar en el que la escena tuviera lugar. Son dos maneras distintas. En vez de disponer a los actores frente a las cámaras, él quería que las cámaras se acercaran a los actores.”
Menor interferencia.
“Menor interferencia, sí. Aunque siempre se puede discutir acerca del resultado final logrado, pues generalmente la cámara terminará siendo más ruidosa en una película Dogma que en cualquier otra película. Pero pienso que fue un buen experimiento.”
Quizás ocurre algo parecido con la música, cuando uno puede apreciar que una grabación en vivo resulta ser más natural que lo producido en una sesión de grabación.
“Claro. Pienso que él buscó provocarse a sí mismo en ese sentido. Lo puedes comparar con un pianista de música clásica, muy riguroso, que de repente explora un ámbito desconocido para él, como podría ser el jazz, y entonces encuentra obstáculos para lograr algo genuino y a la vez expresivo… algo más espontáneo que algo planeado.”
“De alguna manera, él planeó perder el control del proyecto. Fue realmente emocionante. Pienso que es una película interesante. Si bien no la considero enteramente buena, tiene algunos momentos que son realmente fantásticos, y que son genuinos, porque tienen que ver con cosas que ocurrieron verdaderamente.”
“Pero ¿sabes qué? Él podía andar con la cámara, caminando alrededor… y quería que siguiéramos actuando. Estuvimos durante ocho semanas filmando en una casa, y, por ejemplo, él decía: “vamos a filmar esta toma aquí… luego la cámara se irá por la escalera hacia el piso de arriba, y aunque ustedes se van a quedar abajo, deben seguir actuando.” De modo que él quería que siguiéramos actuando, incluso cuando las cámaras no estuvieran allí… que siguiéramos improvisando algo, que mantuviéramos los roles. Fue emocionante.”
Con respecto a esto de los roles, hay actores que emplean un método que consiste en asumir el rol durante el período de tiempo completo en el cual se graba la película. ¿Le gustaría mencionar algo sobre este método o sobre su manera de encarar el proceso?
“Esencialmente, pienso que a medida que uno adquiere experiencia lo va encarando desde el deseo, desde la apetencia personal. Por ejemplo, si eres un músico y tomas tu instrumento musical… sientes que quieres tocarlo, y esa es la manera directa de proceder. Ahora bien, si encuentras problemas en el camino, entonces empiezas a buscar métodos. O en un automóvil… si no tiene ningún problema no tomas las herramientas para arreglarlo. El método no es más que una herramienta para arreglar el problema.”
“Yo ya no recurro mucho a los métodos. Cuando uno es joven y está estudiando, uno hace esas cosas de salir por la ciudad personificando algún rol, seriamente, y hace lo que le corresponde a ese rol. Solíamos tener debates acreca de esto, y nos preguntábamos, por ejemplo, si en caso de que el personaje tomara alcohol nosotros también debíamos tomar alcohol, o si se suponía que el personaje tomaba coca nosotros también debíamos tomarla. Algunos decían que sí; otros decían que no. Pero está claro que uno no puede hacer su trabajo de manera profesional si está bajo ciertos efectos. Aprender el guión es el único método que tengo ahora. Estar preparado y saber las lineas. Y con la experiencia uno logra que el proceso funcione. Sin embargo, un actor joven, dado que no tiene mucha experiencia, recurre a métodos para saber si lo que está haciendo es correcto.”
Volviendo a la película ‘Los idiotas’ (de 1998), hay referencias y críticas acerca de la censura de la que fue objeto cuando se proyectó en EEUU.
“Sí, hubo cierta censura en EEUU, debido a la gran cantidad de desnudos que tiene. De hecho, al tercer día de ensayos para la filmación, el director (Lars von Trier) apareció desnudo. Apareció totalmente desnudo y con la cámara… éramos jóvenes… fue gracioso, y de alguna manera sugería que lo siguiéramos en gracia. Pienso que fue como una preparación para una gran escena de sexo grupal que hay en la película. Hubo días en los que realmente sentimos a prueba nuestros límites. Pero finalmente estuvo bien, y fue realmente divertido.”
También es muy interesante el reflejo que puede provocar en la audiencia el hecho de que cada uno de los personajes de esta película tiene distintas motivaciones para actuar en la manera en la que acuerdan actuar.
“Ciertamente. Algunas personas se sintieron realmente provocadas, porque claro, se trata de alguien que decide andar por ahí pretendiendo ser espástico, y explorando lo que sucede con ello.”
Han atribuido al cine danés una cierta tradición de interpelar a la audiencia con críticas sociales, e incluso han sugerido directamente que en algún momento era muy difícil conseguir fondos para una producción cinematográfica que no tratara sobre asuntos sociales.
“Pienso que hay algo de ingenuidad en esa suerte de tradición. De hecho, durante los años 90 de alguna manera en Dinamarca comenzamos a definir cuál era nuestra verdadera capacidad para producir películas. Obviamente, no podíamos hacer películas como las de los países más grandes, entonces nuestras películas se podían caracterizar por ser de actualidad (no históricas), tener menor cantidad de personajes y menor cantidad de lugares. De otro modo, era demasiado caro. Esto es parte del verdadero Dogma de los años 90, e influenció a los escritores de guiones. Se puede ver de inmediato en la supremacía de escenas de pequeño tamaño.”
Algunos encuentran que muchas producciones del cine danés son especialmente severas.
“Ocurre que las películas que alcanzan mayores repercusiones son las películas serias. Si bien hay una producción sustancial de comedias, generalmente no llegan muy lejos. No se ven en otros países; son muy locales. Por otro lado, hay películas que pueden ser muy oscuras o dramáticas. Quizás se deba a algún tipo de catársis nórdico… el clima allí es oscuro…”
Muchos europeos que se han quedado a vivir aquí en Buenos Aires no omiten elogios a su clima.
“No bien salimos del aeropuerto coincidimos con que hay algo aquí que es muy lindo… sentir el aire fresco pero cálido… y pensamos… Buenos Aires: el buen aire… realmente tiene sentido. Es real. Tiene un significado.”
Hay otra película que se suele mencionar cuando se habla de Troels Lyby, que es ‘Acusado’ (2005). Algunos han destacado el aspecto crítico de esta película hacia el sistema legal del ‘estado de bienestar’, del que Dinamarca es un ejemplo y un emblema.
“Sí. Muy oscura. Muy densa. Fue parcialmente inspirada en la obra de Hitchcock, y especialmente en el aspecto de enfatizar la paranoia en los personajes. También, su alienación, casi en un modo kafkiano, aún siendo una película muy realista, pues no tiene secuencias de ensueño. Podría ser un caso real. Es muy dura y gélida.”
“El director fue Jacob Thuesen, quien también ha editado películas de Lars von Trier. Y el guionista fue Kim Fupz Aakeson, que es muy bueno haciendo guiones ‘eficientes’. Cuando leí el guión por primera vez me pareció perfecto. De hecho, originalmente fui convocado para dar mi parecer acerca del guión. Pero notablemente, el director luego le pidió al guionista que duplicara las duraciones de las escenas, cuando generalmente ocurre lo contrario (que se deben recortar las escenas para que sean efectivas). Fue algo brillante. Me encantó. Finalmente fui contratado para hacer el rol principal porque el otro actor se había roto una pierna en un accidente.”
Este sábado (28 de noviembre de 2015) la Embajadora de Dinamarca S.E. Grete Sillasen y Ud dirán unas palabras acerca del festival y de la película que se proyectará esa noche: ‘El guardián de las causas perdidas’, también catalogada como ‘La mujer enjaulada’ (2013). Y luego de la película Ud responderá preguntas del público. ¿Le gustaría adelantar algo?
“Hago un rol menor en esa película. Está basada en un libro que es muy conocido en Dinamarca (el primero de una sere de diez libros). Es un policial al estilo de la serie de TV del año 2007 llamada ‘Crónica de un asesinato’.
Usted participó también en algunos episodios de esa serie de TV del 2007, ¿verdad?
“Sí, participé en tres episodios.”
Me gustaría preguntarle acerca de otras dos películas: ‘The Reunion’ (2011) y The Reunion 2: The Funeral (2014).
“¡Oh, sí! Son comedias. Y recientemente hemos terminado de filmar la tercera. Son comedias ligeras, con tres hombres como protagonistas, que intentan convencerse y probar que aún son jóvenes. La primera película tuvo un éxito inesperado. Es realmente ligera, pero fue vista por muchas personas. No tiene ninguna dificultad subyacente. Y la segunda película tuvo todavía más éxito. Pero hemos hecho la tercera y creo que eso será todo con estas comedias. Son muy simples pero muy divertidas.”
Sin embargo han tenido algunas repercusiones interesantes. En una entrevista publicada en un medio de Dinamarca, Ud respondía a unas preguntas referidas a la belleza de los actores de estas comedias. Acaso quien lo entrevistaba lo identificaba como el personaje ‘lindo’ entre los tres protagonistas. Aquí tengo una cita, en la que Ud respondió que “un actor interesante no debe ser necesariamente lindo.”
“Exactamente.”
Y luego Ud agregó: “hay algunos actores que tienen algo especial… que lo traen de algún otro lugar…”
“Sí… pienso que eso es así. Uno de mis actores referentes sería alguien como Philip Seymour Hoffman… que transmite porque tiene carisma. Quizás es un asunto de carisma, y de algo que se torna místico… porque atrae y conmueve. Pero si ves algo solamente lindo, aún siendo muy lindo, puede resultar al mismo tiempo desabrido… insulso.En cambio, cuando ves actores como Philip Seymour Hoffman o John Malkovich… estás invitado a buscar y a encontrar en ellos niveles sutiles de expresión. E incluso ellos mismos están constantemente buscando y produciendo más de estas sutilezas. No tienen que luchar contra su propia… ‘belleza’.”
Esto me hace pensar de inmediato en los arquetipos de Jung… en esa esfera de mitología subconciente cuyas imágenes primordiales son herencia común de toda la humanidad… si un artista tiene la capacidad de activar y de conectarse con tal arquetipo, para luego elaborar y expresar algo… entonces no necesita ninguna otra cosa.
“Exactamente. La belleza tiene su propia aristocracia, y hay también una inconveniencia inherente.”
En el mismo artículo antes mencionado Ud además dice que el actor es “artista del bien y del mal.”
“Sí… intenté decir que un actor no está en condiciones de juzgar si un rol es bueno o malo. Sólo podemos interpretarlo y tratar de entenderlo, pues cada personaje actúa racionalmente y moralmente en concordancia con su propia mente. Y hay un impacto mayor en el público cuando se lo persuade para que intente comprender la lógica subyacente de un personaje malo, que hace cosas malas… porque el público resulta absorbido por la acción.”
El bien y el mal… por eso es que también se dice que los opuestos siempre están juntos… e incluso que son una misma sustancia, pero en distinto grado…
“Sí, esa es mi idea. Resulta inconveniente intentar juzgar moralmente a un personaje, si lo que uno quiere es acercarce y conocer a dicho personaje. De modo que trato de no pensar en ello, trato de no juzgarlo, e intento involucrarme y conocer cómo es que funciona su mente.”
Es increíble ver cómo este asunto -del bien y del mal- resulta inmanente… cómo reposa sobre la cuestión del inconciente colectivo, de la interconexión entre todos los seres humanos, como si formáramos un gran organismo.
“Lo vemos cuando afectamos a las personas. Los artistas… pintores, músicos, actores, etc… afectan físicamente a las personas. Por ello es que el espectador, el público, inmediatamente reconoce si algo es genuino o no. Si no lo es, simplemente no hay reacción. Pero si es real, conectas inmediatamente con ello.”
Su última participación es en el thriller ‘What we become’ (En lo que nos convertimos).
“Sí, ya ha sido presentado en algunos lugares y festivales (en el Reino Unido, en Finlandia y en Suecia). El título original en danés es ‘Sorgenfri’, que es el nombre del pueblo en donde se desarrolla la historia.”
¿Le gustaría dirigir algún comentario a los estudiantes de actuación, a los que aspiran a convertirse en actores o incluso a todos aquellos que se interesan por saber algo más acerca de este arte? Quizás alguna recomendación relacionada con los inconvenientes al momento de audicionar.
“Es exactamente lo mismo que uno busca como actor, probablemente a lo largo de toda la vida… es ser uno mismo. Pienso que actuar no se trata de pretender ser alguien que uno no es. Actuar es convertirse en quien uno es, de la manera más sincera posible. Como lo que hablamos antes acerca de ser genuino en el escenario. Pienso que es una larga búsqueda en uno mismo para lograr ser genuino. Y no reaccionamos ante personas que expresan admiración… sino ante quienes pueden dar algo de sí mismos, entonces también damos algo… y de este modo hay un intercambio. Si alguien sube a un escenario simplemente para ser admirado… eso no funciona para mi. Pero si vengo a dar algo… un sincero vislumbre de mi ser… es distinto, y es mi manera de abordar un personaje. Lo comprendo y lo expreso. Si has sido sincero, si te has desnudado en cierto modo, y has obsequiado algo, los demás responderán; se conectarán con ello… y será un reflejo en donde se podrán reconocer.”
La entrevista con Troels Lyby ha terminado, y respondemos a su generosidad, también desde el corazón: “¡cuánta riqueza de inspiración puede descender de lo Alto sobre la faz de la Tierra, por medio del artista sensible!” (P. Ubaldi)
Texto: Rodrigo Agüero
La programación del festival de cine nórdico: http://bit.ly/1LCJ9r3.