“Esta agencia es un modelo mundial y una responsabilidad enorme. En 1991 hubo muchos factores determinantes: decisión política -que da lugar a los hechos que mejoran la vida de nuestros pueblos-; conciencia estratégica, visión de futuro y la palabra más difícil: confianza. Sabemos que para cualquier hombre de Estado o político la confianza es la clave, con la desconfianza no se construye nunca nada, no se crece”, dijo el canciller Felipe Solá al participar del evento conmemorativo por el 30º Aniversario de la creación de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC), al frente de cuya Secretaría está la Dra. Elena Maceiras (Argentina), primera mujer en ocupar esta posición en la Agencia, acompañada por el Dr. Marco Marzo (Brasil), en calidad de Secretario Adjunto.
“La creación de la Agencia se produjo sobre el compromiso inquebrantable con la paz y la seguridad, a través del Acuerdo de Guadalajara, Argentina y Brasil renunciaron al desarrollo, producción, adquisición y uso de las armas nucleares, abriendo camino para la consolidación de una América Latina y el Caribe como región de paz, y primera zona libre de armas nucleares en el mundo”, manifestó Solá.
Destacó “la mirada y la visión del futuro de los pioneros”, entre ellos algunos funcionarios presentes, “hombres y mujeres que comenzaron a trabajar en los 80, y veían un futuro juntos, el potencial de unirse, lo que significaban la unidad argentino – brasileña, después de las miradas desconfiadas en tiempos de las dictaduras militares. Es cierto que ahora vivimos tiempos difíciles, pero también lo eran en 1991, tiempos políticamente y económicos difíciles para ambos países. Y entonces quedó demostrado que en unidad se puede todo; es muy difícil que los sueños no lleguen si hay unidad, es difícil unirse pero tienen grandes recompensas posteriores”.
Al mencionar el “orgullo que tenemos de poseer la ABACC”, Solá citó el Martín Fierro, el poema nacional escrito por Miguel Hernández, cuando habla de la unidad: “Los hermanos sean unidos. Porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera. En cualquier tiempo que fuera. Porque si se pelean entre ellos. Los devoran los de afuera”.
El canciller encabezó la delegación integrada por el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina, Roberto Salvarezza, el jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves, el Presidente del Directorio de la Autoridad Regulatoria Nuclear, Ing. Agustín Arbor, y la directora de Seguridad Internacional, Asuntos Nucleares y Espaciales de la Cancillería, Gabriela Martinic.
El evento contó también con la participación del embajador Daniel Scioli, el cónsul general en Rio de Janeiro, Claudio Gutiérrez, y de las siguientes autoridades brasileñas: el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Carlos Alberto França, el ministro de Minas y Energía del Brasil, Bento Albuquerque, y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovaciones del Brasil, Marcos Pontes, entre otros funcionarios.
Durante la conmemoración se proyectaron mensajes grabados del Secretario General Antonio Gutérres (leído por la Alta Representante de las Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu,), y del secretario de la Organización para la prohibición de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (OPANAL), Flávio Roberto Bonzanini.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, argentino y primer latinoamericano al frente del Organismo, también se dirigió a los presentes.
La ABACC, organismo binacional, fue creada mediante el Acuerdo Bilateral firmado entre Argentina y Brasil en la Ciudad de Guadalajara, el 18 de julio de 1991. Su misión es garantizar a la Argentina, al Brasil y a la comunidad internacional que todos los materiales e instalaciones nucleares existentes en los territorios brasileño y argentino se están usando exclusivamente con fines pacíficos.
La existencia de ABACC es una clara demostración de la voluntad política de Argentina y Brasil de dar transparencia a sus programas nucleares, creando un ambiente de confianza mutua y de colaboración para el desarrollo de la energía nuclear y representa igualmente una contribución tangible y eficaz al régimen internacional de no-proliferación y desarme nuclear ejemplo de mejores prácticas en el área de salvaguardias.