Por: DENISE CANGELOSSI – Lic. RRPP – Mg. Comunicacion Transmedia – Coach académica – Founder Bellota Consultora
Cuántas veces nos hemos limitado por miedo? No son las barreras externas las que nos frenan, sino las que construimos nosotras mismas. Tal como afirma Sheryl Sandberg, “la fortuna favorece a los audaces’. Hablar en público no es una cuestión de habilidad técnica, es una oportunidad para liderar, inspirar y conectar. La oratoria es la herramienta que nos permite transformar esos miedos en coraje y llevar nuestras voces, nuestras ideas y nuestra influencia hacia el cambio que queremos ver.”
La oratoria es el arte de ser escuchada y, más importante aún, de ser recordada. Hablar en público puede ser un paso desafiante, pero la oratoria va más allá de ese primer paso: es la capacidad de conmover, de generar acción y de abrir puertas. Wendy Kopp nos recuerda la importancia de la inexperiencia: “El mundo os necesita antes de que dejéis de hacer preguntas ingenuas”. Es esta valentía para expresar nuestra verdad y desafiar los límites lo que caracteriza a una buena oradora. No necesitamos ser perfectas, necesitamos ser auténticas. Y esa autenticidad, cuando es proyectada con convicción, conecta con la audiencia, transforma situaciones y genera impacto.
No se trata simplemente de expresar ideas. Se trata de hacerlo con elocuencia, desde nuestras experiencias y nuestra pasión. Un ejemplo que inspira es el de Oprah Winfrey, quien relató: “El fracaso es simplemente la vida tratando de movernos en otra dirección”. Este mensaje es particularmente resonante para nosotras, mujeres que enfrentamos desafíos en contextos laborales y académicos. La oratoria nos permite comunicar esos fracasos no como derrotas, sino como puntos de inflexión, demostrando que somos capaces de convertir cada tropiezo en un impulso para el éxito.
Sheryl Sandberg, cuando comenzó su camino en Facebook, fue objeto de críticas en un ambiente dominado por voces que no siempre entendían su visión. En respuesta, decidió no quedarse en silencio ni dejarse vencer. “Hice mi trabajo, y lo hice bien”, dijo. Esta afirmación resuena con cada mujer que enfrenta barreras por el simple hecho de ser mujer. La oratoria es, entonces, una forma de resistencia, una manera de demostrar que nuestras voces no solo importan, sino que son necesarias. Es una herramienta para transformar prejuicios en respeto, y dudas en oportunidades.
Por ello, hablar con seguridad, con una narrativa clara y un propósito firme, es la clave para abrir espacios y desafiar límites. Para las mujeres emprendedoras, de negocios, del ámbito profesional, académico o diplomático, la oratoria no es solo una habilidad; es una necesidad. La oratoria nos permite construir puentes entre culturas, derribar barreras y promover un cambio significativo. Tal como Oprah lo dijo, “estamos destinadas a tropezar”, pero también estamos destinadas a levantarnos, a tomar nuestras experiencias y compartirlas con el mundo, a convertir cada palabra en un vehículo de acción. Porque nuestras voces tienen poder, y la oratoria nos permite usarlo para transformar el mundo.
Referencias
Forbes Argentina – Reason Why – Monasterio, D. L.
Denisse Cangelossi
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