Resiliencia y visión… Yo estuve ahí

Después de un caos que nos sacude hasta lo más profundo, ya sea por problemas en la pareja, estabilidad financiera o  cualquier otro tipo de crisis , es común sentir que hemos perdido todo. El día después de este tipo de experiencias puede ser particularmente difícil, ya que nos enfrentamos a un abismo de incertidumbre y desesperanza. Desde mi experiencia es importante  la observación que tenemos de nosotros mismos ahí entran en juego nuestro amor propio , nuestro ego y un conjunto de emociones que pueden dejarnos lastimados .

Sin embargo, es en estos momentos de oscuridad cuando más necesitamos encontrar la fuerza para seguir adelante. La resiliencia es la capacidad para recuperarnos de las adversidades y seguir adelante con nuestra vida, para mí la misma experiencia fue un recurso .

Pero, ¿cómo podemos desarrollar esta resiliencia cuando todo parece perdido?

La primera clave es observar y reconocer las emociones que nos coartan la posibilidad de acción. El miedo, la tristeza, la rabia y la desesperanza pueden ser abrumadores, pero es importante reconocer que son emociones normales y que podemos aprender a manejarlas, de lo contrario quedamos resentidos y nos abrimos la posibilidad de enfermar tanto física como emocionalmente cayendo en estados depresivos complejos .

La segunda clave es  el  propósito y la dirección ésto ayuda a mantener la motivación y la focalización en momentos de adversidad.  Aceptar las herramientas que nos ofrecen los demás y pedir ayuda es una señal de fuerza, no de debilidad. Los amigos, la familia, los profesionales de la salud mental y otros recursos pueden ofrecernos el apoyo y la orientación que necesitamos para salir del caos.

La tercera clave es plantearnos de nuevo una vida. Después de los 40 y siendo mujer  puede parecer más difícil empezar de nuevo, pero la verdad es que nunca es demasiado tarde para hacer esa transformación  positiva que nos devolverá el liderazgo en nuestra vida y por sobre todo la paz . Las creencias y los juicios que nos limitan pueden ser desafiantes, pero podemos aprender a superarlos y a encontrar nuevas formas de ver el mundo y a nosotros mismos.

Finalmente, es importante recordar que nunca perdemos todo. Aunque podemos sentir que hemos perdido lo más importante, siempre hay algo que nos queda . Nuestros afectos, nuestras habilidades personales, nuestra capacidad para aprender y crecer… todo esto y más es lo que nos permite seguir adelante y construir una vida nueva y más plena